Durante el Viaje a China, concretamente (y espero no equivocarme) en Hangzhou visitamos una plantación de té.
Siguiendo la tónica del viaje intentaron vendernos té de facultades benditas, té con propiedades que hasta el mismísimo emperador lo toma.
Nos vendieron que ese té es fantástico. Con un truco de magia usando líquidos oscuros y claros nos hicieron creer que gracias a este té tu cuerpo se purificará hasta límites insospechados.
En el momento de cerrar el trato nos ofrecieron 3 tés de diferentes precios. El de clase baja, clase media y el té del emperador. Creo recordar que a unos 150$ el pote.
Esta frase se convirtió en nuestro eslogan del viaje. La empezamos a utilizar con todo aquello que nos intentaban vender, aún me río al recordarlo.
¿Vamos a la fábrica de seda? Seguro que es seda del emperador.
¿Fábrica de porcelana? La porcelana del emperador.
Y así con todo, menudas risas nos echamos.
Antes de ir a la orquestada casa del té pasamos un templo, un templo pasado por agua.
Estoy encantado con el resultado de las fotografías en blanco y negro.
Que lástima que una cultura milenaria se haya convertido en algo tan mercantil 🙁
El aire debia estar lleno de aromas, lo digo por las varitas de incienso encendidas a puñados
La verdad que sí.
Y sí, el aire estaba cargadito, pillabas un buen colocón 🙂
A veces se creen que el turista lleva el dólar impreso en la cara
Sin duda. Como si no nos costara nada viajar a su país. Quizás no entienden que ya estamos gastando y consumiendo, enriqueciendo en parte su sociedad con el turismo, no?
En fin…
La última foto, fotaza, están riendose de los que compran té del emperador
¡Gracias Oscar!
Pues podría ser 😀