Una auténtica experiencia coreana en Jinju


Durante mi visita a la ciudad de Jinju tuve la oportunidad de conocer a algunos de los alumnos del maestro al que fui a visitar.

Tras varios días cenando juntos (maestros y alumnos), en la última noche, viví una experiencia de lo más coreana. Digo «experiencia coreana» porque no solo fue la típica noche en Corea, que he oído de mis amigos, pero también porque después de 4 viajes veo un estilo recurrente. Lo llamaremos el «estilo coreano».

Al acabar el entrenamiento del día me despedí del maestro. Tenía asumido que esa noche iba a cenar solo. Entonces, uno de los alumnos, se ofreció a acompañarme. Me preguntó qué quería comer en mi última noche. Le respondí que «pizza» coreana y vino de arroz. En este cuarto viaje el vino de arroz aún no había hecho aparición.

El hombre, super servicial, envió mensajes y llamó a varias personas para poder encontrar el mejor sitio para beber vino de arroz. Quería asegurarse de llevarme a un buen sitio, pues era mi último día con ellos.

Cogimos un taxi y llegamos al lugar. Que suerte la mía pues el restaurante estaba a tan solo dos calles de mi motel. Maravillosa coincidencia.

🍶 Una de vino, por favor

El sitio, de apariencia antigua, era de lo más acogedor. Auténtico, nada moderno y no enfocado a turistas. En la ciudad de Jinju creo que solo vi un occidental, así que vayas donde vayas tendrás estilo coreano.

Con mesas estilo occidental y otras en el suelo. Le pedí a mi amigo de sentarnos en mesa alta. Mis piernas, tras días de entrenamiento, necesitaban descansar.

Pedimos el ansiado vino de arroz, que curiosamente estaba hecho en la misma ciudad. Imagínate como pueda ser en Barcelona la cerveza artesana. Aquí en Barcelona tenemos múltiples cervecerías que producen cerveza local. Con el vino de arroz es algo parecido.

Estaba delicioso, que te voy a contar, se bebía como si fuera agua. Con el calor de entrenar, la comodidad del local y el relax de estar de vacaciones… sabía a gloria.

🤗 Haciendo amigos

Al cabo de un rato mi amigo reconoció en una mesa al fondo un amigo suyo del instituto (recuerda que en Corea, como en Japón, usan honoríficos para referirse a los compañeros mayores, etc). Total que fue a saludarles y como es habitual en Corea se llevó la botella para ofrecerles bebida.

Pasados unos minutos volvió y me preguntó si me gustaría unirme a sus amigos, en su mesa, en el suelo. Me querían conocer. Supongo que no es cada día que te encuentras con un loco occidental que hace artes marciales y viaja hasta esta remota ciudad.

Nos sentamos y me presenté haciendo uso de mi mejor coreano. El grupo de amigos nos invitaron a pescado y vino.

Finalmente acabamos volviendo a nuestra mesa alta, pero no volvimos solos. Todos volvimos para seguir comiendo y bebiendo. Estilo coreano.
Me hicieron elegir un plato al azar, decían que después de probar la «pizza» y el pescado debería probar algo de carne. Moviendo el dedo así al azar pedimos un cerdo picante. Les impresionó que pudiera comerlo sin problemas. El vino ayudó.

🙇‍♂️ Hasta la próxima

Acabamos la cena, con foto incluída, y uno de los amigos nos invitó a todos. Estaba muy contento de haberme conocido y espera que nos volvamos a ver en un futuro. Y parecía decirlo con sinceridad.

Me lo pasé genial, aprendí cultura, aprendí la vida en Corea y probé cosas nuevas. Poco más se puede pedir.


4 comentarios
juan roca

Comidas y lugar bonitas para descubrir.

Con gente local todo sabe mucho mejor 😀

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