Solarussa, una joya rural – Cerdeña


Cuando pusimos la dirección el GPS y nos dirgimos hacia allí no teníamos ni la más remota idea de lo que nos íbamos a encontrar.

Después de conducir por oscuras carreteras de tierra sin más instrucciones que las de la amable chica del GPS, finalmente llegamos a Solarussa.

Un pueblo diminuto. Diminuto y con mucho encanto.

Encontramos el Bed & Breakfast, tal cual lo habíamos visto en Google Maps.

Llamamos a la puerta y la chica, super simpática, nos acompañó directamente a la habitación. Como habíamos reservado y pagado por internet no hubo que hablar de dinero, cosa que se agradece.

Sin preguntarnos ni siquiera quienes éramos nos enseño la habitación (que en realidad era como un apartamento dentro de una gran casa vieja restaurada) y nos preguntó a que hora queríamos desayunar.

La habitación era genial, todo parecía nuevo pero rústico. Límpio, muy límpio, el lavabo, la ducha, la cama…

Teníamos incluso cocina, aunque no la usamos. La chica nos dejó dos botellas de agua (natural y con gas), cortesía de la casa.

El desayuno nos lo preparó un chico, cuando bajamos (bien temprano) ya estaba la mesa montada para dos. En el salón de la casa, con la chiminea y fuego encendido.

¿Te he dicho que esta gente no hablaba pizca de inglés?

Mi prima, chapurreando e inventando palabras en italiano se entendió perfectamente 🙂

La noche anterior fuimos a dar una vuelva por el pueblo. Tan solo había dos pizzerías. Era nuestra primera cena en Cerdeña y yo quería una pizza en condiciones.

Fuimos a ese restaurante, pedí una calzone sin champiñones (funghi), estaba deliciosa. Que placer tan enorme 😀

El bigotudo camarero, algo bajito y con una de esas panzas de felicidad, incluso trajo un pequeño diccionario inglés-italiano para hacerse entender. Que majo 😉

En resumen, un pueblo con muy buen sabor de boca. Muy tranquilo, humilde, con buena cocina y muchas sonrisas.


16 comentarios

Me ha encantado la habitación, qué bonita!

Los bed and breakfast, maison d’hotes en Francia, son una pasada, me ha recordado mucho a la que estuve este verano, hasta en el detalle de dos pizzerias en el pueblo (bueno en el nuestro una pizzeria y un restaurante). el acercamiento con las gentes del lugar, la no impersonalización de un hotel y el calor de una casa es indescriptible. aquí te dejo donde yo estuve (spam) http://www.oscarvelazquez.es/?p=3519

Anda que os pusisteis las botas OK

Que gusto! Me encantan los alojamientos rurales, y las fotos de la comida, genial

Laprima

I like it!!!!!

Anda, eso si que mola, tan auténtico y con buena hospitalidad.

Que encanto tienen esas aventuras, llegar con el GPS a ninguna parte, alojarte como en casa, comer tradicional… es lo mejor de los viajes. Una pasada 🙂

diosss que pinta el plato de pasta!!! yo me comí uno igual en Napoles y aún babeo con el recuerdo…
los italianos si que saben hacer la pasta al dente!

Amelia

Impactante el cielo de la primera foto, casi tanto como los platos de comida 😀

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