Ya me conoces, aunque no soy de comer muchas cosas (verduras y esas milongas) sí que me encanta probar más guarrerías en mis viajes.
Estados Unidos es la capital mundial de la comida basura, hamburguesas (casera me refiero), alitas de pollo, costillas, bistecs… bueno, se me hace la boca agua.
Por suerte en este viaje he podido probar casi todo lo que tenía en mente. Desde cadenas de comida rápida que seguramente jamás hayas visto como Jack in the Box o Wendys hasta la hamburguesa más auténtica en medio del desierto de Arizona.
Debo reconocer que las comidas que hemos hecho en mitad de la nada, en la carretera, han sido espectaculares. No en tamaño, que también, sino en sabor y autenticidad.
Hemos estado en sitios que pocos turistas de fuera de USA han pisado y eso me ha encantado.
Hay un programa americano de un tío que se dedica a viajar por todo Estados Unidos haciendo retos culinarios. Estos retos suelen tener relación con el tamaño de las raciones. Por ejemplo comerse X sandwiches que pesan no-se-cuantos quilos o comer alitas de pollo super picantes que harían llorar al mismo demonio.
A mi hermano y a mi nos gusta ver ese programa mientras se nos hace la boca agua con los platos que prueba este chico. Platos que aún no siendo para nada elegantes son de lo más apetecibles.
Durante este viaje me he enfrentado a retos desde California pasando por Nevada y hasta Arizona. Retos que para un americano quizás sean un tentempié pero que para alguien como yo son auténticos retos.
Estamos hablando por ejemplo de super hamburguesas con montañas de patatas fritas, bebidas enormes sin fondo y alitas de pollo picantes.
En la mayoría de estos enfrentamientos he perdido, he sido derrotado por estos restaurantes americanos y el tamaño de sus raciones.
¿Lo peor de todo? Tener comida deliciosa en el plato y no poder seguir comiendo.
Contrariamente a lo que puedas pensar el precio es ridículo comparado con la cantidad de comida.
En este viaje… «The victory is for the food».
Que auténtico el restaurant, y la ranchera con las balas de heno en la parte trasera y las montañas diáfanas al fondo. Y que luz más bonita. Fantástico lugar.
Yup :love:
A mi cuando vaya si que me gustaría probar comida de restaurantes de carretera como ese. Esos famosos «dinner» que aparecen en las peli, como estancados en los años 60-70. Comida casera, de postre tarta de manzana y batido de chocolate, jeje. Qué bien suena!
De vuelta en Barcelona tendrás que darle duro al gym, pero como se dice, que te quiten lo bailado 😛
Los batidos buenísimos y baratos 😀
Cronicas carnivoras! (Man vs Food) Ese programa que es una mezcla entre «se me cae la baba», al inicio, y «asco!» cuando se tiene que comer un burrito de 3kg xD
Vaya platazo, por cierto!
Siempre se nos cae la baba aunque sean monstruosidades 😛
Jejeje se te ve muy a gustito 😀
En mi salsa estoy 😉
Oh, dios, qué hambre me acaba de entrar a media mañana :O
Ya tengo ganas de oir más historias de este viaje 😀
Veo que ha funcionado 😛
Aún tengo más cosas que contaros 😉
Sin duda, la cantidad/variedad de fast food en américa son impensables aquí. El pillar la autopista y en cada salida hay en el cartel un añadido que te dice que cadenas puedes encontrar saliendo por ahí… De este modo si dices «me apetece wendy’s», vas conduciendo hasta que la encuentras… Has probado taco bell’s? a nosotros nos encantó!…
Y sin duda lo mejor las hamburguesas de calidad, hasta un McDonald’s tienen Hamburguesas (así en mayúsculas), aunque las mejores que he probado son las de Sausalito (que ya vi que habías ido) y una en Jackson Hole!!!
No podría decir cual de todas las burgers de este viaje fue la mejor.
Todas diferentes, únicas y exquisitas 🙂
Waoo!! Mi madre sería muy feliz por allá. Le encanta ese tipo de comidas y anda quejándose por las miseras raciones que dan aquí. Le enseñaría las fotos de tu blog y de seguro se va a tramitar su visa xD
Saludos,
jojojo 😀