Aterrizamos en San Francisco por la tarde/noche, llegamos al apartamento e intentamos dormir.
A la mañana siguiente, sin desayunar, cogimos el autobús como unos campeones y nos fuimos al centro.
Teníamos apuntado un famoso «dinner» de esos retro años 50′. Ya sabes uno de esos sitios que provocan subidas de colesterol y ataques al corazón.
El Loris Dinner, cerca de la céntrica Union Square, fue nuestra elección para el primer desayuno en Estados Unidos.
Nos partimos una ración, (sí, cuidado con el dato. Los dos platos en realidad son uno de solo en el menú), y yo personalmente casi reviento.
Un pancake gigante, una tira de bacon, una salchicha, una especie de patatas, huevos revueltos y un café con leche del tamaño de una jarra de cerveza.
El recipiente con la bola de mantequilla que no falte 😉
Ja ja ja, el café con leche espectacular! Por el color que tiene, que vista la jarra y su tamaño respecto a tu compañero parece la oktoberfest!
Me gusta la de b/n. Pena de la lámpara en la esquina superior derecha
Sin duda lo parece 😀
Hey, la lámpara esa no importa. Lo que importa es el tío sentado 😛
Gracias Jordi.
OMG me pido uno, sin carne y el café con leche me lo tomaré a sorbitos, dure lo que dure. 😀
La carne es importante 😀
Ese ‘latte’ fue exageradamente grande.
El b&w shot es muy auténtico! Las patatas se llaman hashbrown, es un básico de los breakfasts americanos. Saludos!
Gracias por el dato Laura 😉
Wow! Con razón tienen la taza mas alta de obesidad por allá.
Saludos.
Yeah… demasiado grande, no hacía falta 🙂
Un saludo!
El desayuno de los campeones OK
Jojojo 😀