Corea del Sur 2017: comer a más no poder


Una semana después de haber vuelto del viaje a Corea del Sur empiezo a volcar las fotografías de la cámara y vuelvo a situarme. Digo situarme porque no solo vuelvo a trabjar sino que vuelvo a un nuevo trabajo, a una nueva empresa. Así que cambios por todos lados.

El viaje, como sabes, tenía dos objetivos. Uno, participar en el campeonato mundial de Haidong Gumdo (4 días) y el otro conocer más de Corea del Sur (10 días).

Como ya nos pasó en 2015 el calor ha sido un fastidio. Por suerte, los primeros días en la capital coreana de Seúl tuvimos días grises y con lluvia. La humedad presente pero al menos la piel no nos caía a trozos por el infernal sol (¡protector solar imprescindible!).

A todos aquellos que me han preguntado cómo ha ido el viaje? les he respondido lo mismo: mucha y buenísima comida.

En mi primer viaje disfruté pero esta vez aún más, si eso es posible. Supongo que por saber lo que quería probar, lo que quería repetir y la soltura a la hora de pedir o movernos. La verdad es que ha sido un placer para los sentidos gastronómicos. Comida económica, abundante y muy rica. No recuerdo ninguna comida que estuviera mala, así de simple.

A diferencia de otros países o culturas, los coreanos hasta donde he podido descubrir son muy honestos. En lo que a restaurantes se refiere, aunque pidas la carta en inglés, esta no tendrá unos precios diferentes a los de la carta en coreano. Pagarás lo mismo que un coreano, incluso en zonas más turísticas. Me asombró encontrar los mismo precios en la zona de Insa-dong, la cual es muy turística, que en otras zonas mucho más tranquilas.

Al ser nuestra segunda ver por Corea del Sur nos ha permitido ir con mucha más calma y la verdad es que se nota. Cuando viajas a un sitio por primera vez intentas llenar tu calendario con itinerarios, con visitas imprescindibles que quizás no lo sean. Estas dos semanas han sido muy tranquilas, con cosas en nuestra lista pero con muchos espacios en blanco. Tiempo muerto para deambular o simplemente sentarnos a tomar un té para pensar que hacer después.

Otra de las cosas que me ha gustado es improvisar. Sí, tener hotel y ruta (o parte de ella) antes de emprender el viaje está bien ya que te permite optimizar más. No obstante, dejar hueco para la improvisación es emocionante.
En los últimos días fuimos hasta la estación de autobuses para ver hacía donde podíamos ir, sin rumbo fijo. El destino, si crees en él, nos llevó hasta la ciudad Andong y su típico pollo guisado picante.

Conclusiones

  1. Si puedes volar desde Madrid o Barcelona, viaja con Korean Air con vuelo directo. Hacer entre 16 y 18 en el aire y unas cuantas más por tierra es realmente agotador.
  2. No hay sitio erróneo para comer en Corea del Sur, todo está riquísimo.
  3. Cuidado con el picante.
  4. Aprende frases en coreano.
  5. Descarga Google Translator para tener traducción a tiempo real y sin internet.
  6. ¡Disfruta!


4 comentarios

Completamente de acuerdo, comer en Corea es un verdadero espectáculo. Además mola mucho lo de pedir un plato principal y que te saquen muchos platitos 😛

    Yes!

    El concepto de poder repetir de esos «complementos» sin coste es algo que me sigue asombrando. Como el pan en algunos restaurantes de por aquí, aunque creo que en la mayoría ya te cobran las raciones.

Helena

Se ve delicioso. Y bonito, que colores!

Deja tu comentario
*
*