En nuestro viaje a Budapest fuimos a uno de los restaurantes más caros de la ciudad.
Está al lado de la Opera y todos van de punta en blanco.
No creas que cenamos, unos pobres mochileros como nosotros no pagábamos ni un tenedor.
Entramos y preguntamos si podíamos tomar algo. Nos dijeron que sí así que nos sentamos.
Marcabamos diferencia, mal vestidos, mal olientes y sucios. Sí señor.
No lo recuerdo exactamente pero igual fueron 5€ o 6€ por una cerveza.
Mi prima, la actriz, se cameló al camarero de tal manera que cuando ella se fue al servicio vino y me preguntó: «¿Qué vino le gusta a ella?»
Cuando mi prima volvió a la mesa se encontró con una copa de vino cortesía de la casa.
Te dejo con el vídeo donde la banda de clásico estaba creando ambiente. Además, apareció una solista y los camareros se pusieron a cantar 😉
[rss]Hay un vídeo en este post, si no puedes verlo haz click aquí[/rss]
Oscar
La mujeres siempre consiguen lo que quieren! La música, cenar con ese folklre me daría dolor de cabeza. tanto violín tan rapido… no se
quicoto
Bueno, no siempre tocaban así y iban parando 🙂
Pau
Jejeje una divertida experiencia que contar… las artes femeninas 😉
quicoto
Indudable es, el poder femenino 😛